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La Casa de Galicia en Madrid acoge hasta el 22 de abril pinturas de Mario Silva, dibujos de J.M. Barreiro, esculturas de Armando Martínez y obras de María Area

Las salas de exposiciones de la Casa de Galicia acogen hasta el día 22 de abril cuatro muestras artísticas de otros tantos autores de los que sólo uno, Mario Silva es portugués/gallego y los tres restantes de Pontevedra. “No sé que pasa ultimamente que todos los gallegos son de Pontevedra”, dijo en la presentación el periodista y escritor Antonio Alvarez Solís, y añadió “debe ser una nueva estrategia galaica, en vista que lo de la escalera ya se ha dicho mucho, ahora se ponen de acuerdo para despistar diciendo que son todos de Pontevedra”. Pinturas del Mario Silva; esculturas de Armando Martínez; dibujos de José Mª Barreiro y óleos de María Area podrán verse en la Casa cada día laborable de 10 a 14 y 16 a 20 horas y de 10 a 14 los domingos y festivos.

La exposición de Barreiro ofrece una amplia perspectiva de su faceta de dibujante, con casi medio centenar de obras, muchas de las cuales son “hechas con el sentimiento y la intensidad que dan a la vida los viajes”, pues son apuntes tomados in situ en diferentes ciudades, explicó el artista en la inauguración. Por su parte, el presentador del acto, Antonio Álvarez Solís dijo que “el dibujo es el alma del arte, es el trazo esencial e íntimo y vuelve a las personas jóvenes. Y los realizados en tinta son como la huella digital de cada uno”.

En relación a la obra de Mario Silva, Solís comentó “la grandeza de Silva, capaz de realizar cuadros que nos llaman a su interior. Cuando veo esas ciudades imaginarias, esos paisajes, quiero meterme dentro porque ejercen sobre mi una atracción que sólo los verdaderos artistas son capaces de conseguir”. Mario Silva presenta en la sala B casi una docena de elaborados cuadros que comparten el espacio con las esculturas de Armando Martínez, de las que Solís dijo y aconsejó al casi centenar de personas que asistieron a la Casa: “Son piezas que hay que sentir y tocar. Las esculturas hay que verlas con los ojos del tacto: su textura cambiante, las sólidas bases como raices que conservan el origen de la piedra, las partes pulidas, las parte sin pulir, el calor de los huecos...”. El escultor comentó que “siente” lo que le espera dentro de cada piedra. “Yo no hago bocetos. Miro la piedra y me pongo a trabajar, sin parar”. La muestra la componen diceiseis piezas, de entre 65 y 15 centímetros de altas, realizadas en mármol de diferentes colores y procedencias.

El coordinador de Actividades Culturales de la Casa de Galicia, Ramón Jiménez, calificó la muestra de María Gil de “alegre y vital, como la propia autora, ofreciendo con vivos colores los paisajes de su Galicia natal, con un guiño muy especial al mar, punto de referencia desde niña pues siendo hija de armadores...”
Gabinete de Comunicación de la Casa de Galicia en Madrid (Xunta de Galicia)