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El arzobispo de Santiago sella la Puerta Santa en la solemnidad de la Epifanía

Tras salir de la sacristía en procesión con la reliquia del Apóstol Santiago, y sonando las Chirimías, el prelado llegó a la Puerta ya cerrada, introdujo en una urna las llaves y las monedas del Año Santo y la selló. Minutos después, los tiraboleiros de la Catedral hicieron funcionar el Botafumeiro celebrando de esta forma una de las solemnidades importantes para la Iglesia, la Epifanía del Señor.
Durante la Eucaristía, D. Julián Barrio recordó que se ha sellado la Puerta Santa como signo de la clausura de este Año de Gracia que hemos celebrado y vivido. Pero también como una invitación a que quienes hemos pasado por la Puerta Santa hagamos ahora este camino dejándonos iluminar con la luz de Cristo en todas nuestras actitudes.
El prelado explicó a todas las personas que participaron en la Eucaristía que en la solemnidad de la Epifanía es bueno fijarse en el itinerario de fe que se muestra en la actitud de aquellos Reyes Magos que adoraron al Niño Dios. Viendo la estrella, inician una actitud de búsqueda de aquel niño recién nacido que es el Hijo de Dios. Los Reyes se ponen en camino, como también nosotros debemos ponernos en camino y desinstalarnos de nuestra propia vida, de nuestros propios criterios, indicó D. Julián Barrio, asegurando que quien se pone en camino y pregunta, como los Magos lo hicieron, descubrirá la presencia de Dios en un Niño hecho Hombre.

Comunicación Arzobispado Santiago de Compostela