Skip to main content

Monseñor Julián Barrio recuerda en A Coruña el 50 aniversario de la parroquia de San Rosendo

El Arzobispo de Santiago, Julián Barrio, presidió la Eucaristía Solemne recordando el 50 aniversario de la comunidad parroquial de San Rosendo de A Coruña. Monseñor Barrio, acompañado del párroco, Ramón Antelo, el vicario territorial de A Coruña, el vicario parroquial, el delegado de Liturgia y el secretario de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal, pidió a los feligreses que sigan siendo una comunidad auténticamente creyente, una comunidad parroquial corresponsable en la que cada uno asume su responsabilidad.
El Arzobispo compostelano invitó a mirar con agradecimiento el pasado para asumir gozosamente el presente que nos toca vivir. Para Monseñor Barrio, es momento de asumir esta realidad concreta con gran esperanza y con un gran gozo porque sabemos que el Señor está con nosotros. No es momento de nostalgias, no es tiempo para el miedo; es momento para mirar confiadamente el futuro.
Haciendo referencia al patrono de la parroquia, San Rosendo, única iglesia que lleva por titular al Obispo, Monseñor Barrio indicó que el santo ha dejado el patrón de un pastor de una comunidad diocesana e hizo una llamada a vivir en comunión con la Iglesia, que va más allá de las debilidades humanas. El prelado de Santiago tuvo presente a los pobres, a los niños, a los que han perdido el sentido de su vida, a los ancianos, para que la sociedad se comprometa en la ayuda y la solidaridad. En esta sociedad globalizada en la que reina el individualismo tenemos que levantar la bandera de la fraternidad y la solidaridad, dijo.

Vida de San Rosendo
San Rosendo nació el 26 de noviembre del año 907 en Salas, pueblo situado entre Braga y Oporto, en el norte de Portugal, que entonces formaba parte de Galicia. Sus padres estaban emparentados con los reyes de León, cuyo reino incluía también Asturias, Galicia y norte de Portugal.
El historiador López Ferreiro describe la niñez de San Rosendo con estas palabras: Era un niño en el cuerpo y en los años; en la gravedad y madurez de juicio era un hombre; en las costumbres espejo y modelo de santidad. Su constante preocupación era la lectura y la meditación y el ejercicio de las virtudes cristianas.
Cuando contaba tan sólo con 18 años, Rosendo es elegido por el clero y el pueblo de Mondoñedo para que suceda como Obispo de aquella diócesis a su tío el Obispo Sabarico II, que acababa de morir. Este hecho pone de manifiesto el prestigio, tanto intelectual como pastoral y moral, de que gozaba el santo.
Durante uno de sus retiros en Caaveiro, en el 934, fundó un monasterio en Celanova (Ourense), en unas tierras que habían sido donadas a sus padres por el rey de Galicia, D. Sancho Ordóñez. Gracias a este monasterio, Celanova se convirtió en centro de irradiación moral y cultural de Galicia. San Rosendo renunció al obispado de Mondoñedo y se retiró a la vida monacal de Celanova como primer abad.
En el 968 de nuevo el clero y el pueblo compostelano lo eligieron obispo de la Diócesis. Se resistía, pero al final, ante la insistencia del pueblo que lo había aclamado tuvo que aceptar. El 1 de marzo del 977, San Rosendo murió en el monasterio de Celanova al que ya se había retirado.
Arzobispado de Santiago de Compostela