Carta de S.S. el Papa Benedicto XVI al obispo de Lugo

Venerable Hermano: Nos unimos, con sentimientos fraternales, al clero y al pueblo fiel, en común alegría, para celebrar las Bodas de Plata de tu Episcopado, el próximo 28 de junio, en la misma comunidad de la Diócesis de Lugo en España, donde has
nacido y al frente de la cual vienes desempeñando el oficio de Pastor,ininterrumpidamente, desde hace 25 años.

Te dedicaste enteramente, con amor franciscano, a tus
deberes sagrados; gracias a ello la Iglesia entera, en los distintos
lugares, ha experimentado efectos saludables. Puesto que se nos
presenta esta oportunidad, deseamos, ante todo, felicitarte por tan
distinguido y honorífico evento en tu vida y, al mismo tiempo,
exhortarte a que persistas diligentemente en los buenos propósitos del desempeño de tu apostolado.

Conocemos los proyectos que todavía pretendes llevar a
buen término en pro de las celebraciones litúrgicas y la más digna
administración de los sacramentos. Y no menos nos alegramos de la formación pastoral de los laicos y de la labor de los mismos en el
gobierno de esa Diócesis.

Todo lo que en los primeros años has aprendido en los
Centros de Formación Franciscanos y lo relacionado con el Derecho
Canónico y la Formación Religiosa de hombres y mujeres, lo has
aplicado, de modo muy loable, al gobierno de la nave episcopal. Y no dudamos que, después de esto, la grey lucense seguirá sintiendo, igualmente, tu celosa dedicación y, sobre todo, después del estímulo recibido en la celebración de tu Jubileo. Deseando que perseveres, con la mayor diligencia posible, en el cuidado de la amadísima Iglesia Lucense y saludándote, como si estuviésemos ahí presentes, te escribimos esta carta gratulatoria, a la que unimos la Bendición Apostólica, testimonio de nuestra estima, prenda de la divina recompensa a tus méritos y faustísimo augurio de tu futuro desempeño episcopal.

Desde la Ciudad del Vaticano, a día 31 del mes de mayo de 2005, primero de nuestro pontificado.