Monseñor Barrio inaugura en Santiago las XV Jornadas de Pastoral invitando a estar atentos a los signos de los tiempos
Cerca de mil educadores de toda Galicia participan en el Palacio de Congresos de Santiago en las XV Jornadas de Pastoral organizadas por la Federación de Religiosos de la Enseñanza – Centros Católicos bajo el lema “Pastoral de choque. A vino nuevo, odres nuevos”. El Arzobispo de Santiago, Julián Barrio, fue el encargado esta tarde de inaugurar estas jornadas invitando a religiosas, laicos y sacerdotes a estar atentos a los signos de los tiempos, leerlos y ofrecer pastoralmente las orientaciones oportunas, como indicaba el Concilio Vaticano II. Para Monseñor Barrio, estos signos son: “la participación en la vida de la Iglesia, la presencia en la vida pública, la formación y la realidad de los grupos, asociaciones y comunidades”. Así, la pedagogía pastoral a seguir debe ser integral, frente a posibles reduccionismos, y unitaria, frente a separaciones o yuxtaposiciones, indicaba el Arzobispo, acompañado por la presidenta de FEREGA-CECA, Celsa Boquete; el secretario regional de FEREGA-CECA, José Luis Baños; y el director del departamento de Pastoral de FERE-CECA, José Antonio Solórzano,
Mediante dos parábolas el Arzobispo compostelano acercó a los educadores, desde la perspectiva de la fe, a la realidad actual de la sociedad: la parábola del hijo pródigo y la parábola del buen samaritano. La primera es el signo de la secularización, paradigma de la postmodernidad, como el acento de nuestra cultura: “el hombre liberado de toda tutela religiosa se convierte en la norma y medida de todo”. El hijo pródigo se hace esclavo de los ídolos de la muerte, pero por otra parte, es una persona necesitada de reconciliación, de sentido de la vida.
La segunda parábola, la del buen samaritano, descubre la situación del hombre: la tentación del creyente es reducir el cristianismo a lo que la cultura actual puede comprender. “Si ayer la tentación pudo ser la de reducir el cristianismo al culto, hoy es la de separar la fe de los diversos ámbitos de la vida: familia, profesión, economía, política…”.
Ante esta realidad, la enseñanza religiosa cobra un protagonismo especial, ayudando al crecimiento de la interioridad de cada persona. “Es en Él donde van a descubrir los alumnos el pleno sentido a su vida y las auténticas respuestas a sus preguntas más profundas. No respondamos a preguntas que nadie nos hace. La enseñanza religiosa no debe quedar reducida en la práctica a una situación de marginalidad dentro del sistema educativo cuando constatamos el hecho de la situación de muchos jóvenes alejados por causa del materialismo, hedonismo, competitividad”, indicó.
Por eso, la pastoral con los jóvenes debe tener en cuenta el contexto y la realidad actual de estos jóvenes. Así lo afirmó nuestro prelado de Santiago: “Es necesario el protagonismo de los jóvenes en la nueva evangelización. La Iglesia ha de ayudarles a descubrir el sentido de la vida, y asimilar la exigencia y dignidad de ser cristianos, proponiéndoles las diversas posibilidades de vivir la vocación cristiana en la Iglesia y en la sociedad, y animándoles a construir la ciudad de Dios en la ciudad terrena”.
Tras este saludo de D. Julián Barrio, el primer ponente, José María Bautista, Director del Programa de Tutoria de FERE-CECA-EyG, dentro del Departamento de Pastoral, invitó a los asistentes a reflexionar sobre la pastoral encarnada, aquella que habla de la vida actual en el contexto actual; la pastoral mística, la de la fe, la interioridad compartida; y la pastoral profética, aquella que no se dedica sólo a la corrección. Siguiendo la metáfora del vino, José María Bautista se preguntó si era necesario cuidar las cepas jóvenes o arrancar las añejas, proponiendo un trayecto tutorial cálido con un proyecto pastoral de calidad.
El siguiente ponente, Siro López, director de arte en la revista 21 RS, ayudó a los educadores a reflexionar con imágenes y con la seducción de sus palabras y su voz, sobre la nueva estética de la pastoral, la importancia del diseño, de las canciones… del método.
Mediante dos parábolas el Arzobispo compostelano acercó a los educadores, desde la perspectiva de la fe, a la realidad actual de la sociedad: la parábola del hijo pródigo y la parábola del buen samaritano. La primera es el signo de la secularización, paradigma de la postmodernidad, como el acento de nuestra cultura: “el hombre liberado de toda tutela religiosa se convierte en la norma y medida de todo”. El hijo pródigo se hace esclavo de los ídolos de la muerte, pero por otra parte, es una persona necesitada de reconciliación, de sentido de la vida.
La segunda parábola, la del buen samaritano, descubre la situación del hombre: la tentación del creyente es reducir el cristianismo a lo que la cultura actual puede comprender. “Si ayer la tentación pudo ser la de reducir el cristianismo al culto, hoy es la de separar la fe de los diversos ámbitos de la vida: familia, profesión, economía, política…”.
Ante esta realidad, la enseñanza religiosa cobra un protagonismo especial, ayudando al crecimiento de la interioridad de cada persona. “Es en Él donde van a descubrir los alumnos el pleno sentido a su vida y las auténticas respuestas a sus preguntas más profundas. No respondamos a preguntas que nadie nos hace. La enseñanza religiosa no debe quedar reducida en la práctica a una situación de marginalidad dentro del sistema educativo cuando constatamos el hecho de la situación de muchos jóvenes alejados por causa del materialismo, hedonismo, competitividad”, indicó.
Por eso, la pastoral con los jóvenes debe tener en cuenta el contexto y la realidad actual de estos jóvenes. Así lo afirmó nuestro prelado de Santiago: “Es necesario el protagonismo de los jóvenes en la nueva evangelización. La Iglesia ha de ayudarles a descubrir el sentido de la vida, y asimilar la exigencia y dignidad de ser cristianos, proponiéndoles las diversas posibilidades de vivir la vocación cristiana en la Iglesia y en la sociedad, y animándoles a construir la ciudad de Dios en la ciudad terrena”.
Tras este saludo de D. Julián Barrio, el primer ponente, José María Bautista, Director del Programa de Tutoria de FERE-CECA-EyG, dentro del Departamento de Pastoral, invitó a los asistentes a reflexionar sobre la pastoral encarnada, aquella que habla de la vida actual en el contexto actual; la pastoral mística, la de la fe, la interioridad compartida; y la pastoral profética, aquella que no se dedica sólo a la corrección. Siguiendo la metáfora del vino, José María Bautista se preguntó si era necesario cuidar las cepas jóvenes o arrancar las añejas, proponiendo un trayecto tutorial cálido con un proyecto pastoral de calidad.
El siguiente ponente, Siro López, director de arte en la revista 21 RS, ayudó a los educadores a reflexionar con imágenes y con la seducción de sus palabras y su voz, sobre la nueva estética de la pastoral, la importancia del diseño, de las canciones… del método.
Gabinete de Comunicación del Arzobispado de Santiago de Compostela