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La Xunta de Galicia decreta tres días de luto oficial por la muerte del Papa Juan Pablo II

La Xunta de Galicia, como manifestación de dolor por la muerte de Juan Pablo II, decretó tres días de luto oficial que comenzarán a las 0 horas del lunes, 4 de abril, hasta las 24 horas del miércoles, 6 de abril. Así, como muestra de condolencia, las banderas de todos los
centros oficiales ondearán a media asta, mientras que en la sede de la Xunta, en San Caetano, lo hacen desde el mismo momento en el que se conoció la noticia del fallecimiento del Papa. El Gobierno autonómico destacó la "inmensa deuda de gratitud" de Galicia con Juan Pablo II y recordó que el propio Pontífice procedía de la Galitzia polaca. Además, subrayó las dos visitas que Karol Wojtyla hizo a la "Galicia española" para "alentar con su presencia y su magisterio" dos realidades que le interesaban especialmente, el
fenómeno xacobeo y la juventud. La Xunta señaló el papado de Juan Pablo II como "uno de los más fructíferos de la historia", tanto por el "carisma" del Sumo Pontífice y el "entusiasmo con el que llevó el mensaje evangélico", como por la "incuestionable moral" lograda en los más de 26 años de pontificado. Así, destacó que "fue y será, sin duda, la personalidad más respetada del mundo actual", independientemente de diferentes
creencias religiosas, improntas culturales o marcos geográficos. La Administración destacó que en la "profunda emoción y tristeza" de este momento es "más preciso que nunca" remarcar el legado del Santo Padre, de quien recordó que sus "dotes como comunicador" y su "carisma personal", unidos a su "sólida formación teológica y profunda espiritualidad cristiana", lo ayudaron a trasladar su mensaje "más allá de los muros vaticanos". En este sentido, remarcó además la "reivindicación de la dignidad de la persona" y la "defensa de la libertad individual" como objetivos "irrenunciables" del Papa Wojtyla, de quien recordó que
sufrió en su juventud "en carne propia" los efectos de las "crueldades humanas". La Xunta se refirió asimismo al "ejemplo de integridad y de coherencia personal" mostrados por el Sumo Pontífice al no ocultar los efectos de su propia enfermedad, "justo cuando la sociedad actual parece más preocupada por la imagen y la apariencia que por la visión integral de cada una de las etapas vitales del ser humano". Por último, el Gobierno gallego deseó que el recuerdo de su magisterio "continúe iluminando" a un mundo que, advirtió, "precisa,
probablemente más que nunca en toda su historia, de ejemplos de integridad moral y personal".
R.