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Francisco Vázquez renuncia al cargo de alcalde de A Coruña para aceptar el nombramiento de embajador ante la Santa Sede

En una declaración institucional, en el salón de sesiones del Ayuntamiento, Vázquez ha confirmado que el Ejecutivo español ha recibido ya el plácet de las autoridades vaticanas a la propuesta de su designación como embajador ante la Santa Sede. «Intentaré ayudar al diálogo y al entendimiento con una institución, la Iglesia Católica, cuya fe profesa una mayoría de españoles, entre los cuales yo me encuentro», ha alegado el alcalde, quien agradeció al Vaticano «cómo ha entendido» la propuesta del Gobierno español.

Francisco Vázquez ha manifestado que aceptó el cargo que le ofreció Zapatero, por la confianza que «él tiene hacia mí y por la lealtad que yo tengo hacia su persona». El político ha pedido que Dios le ayude en su nueva tarea aunque le ha aclarado a los coruñeses que «esto no un adiós porque nunca se despedirá de su ciudad».
Vázquez enfatizó que «servir a España y a los intereses generales de los españoles ha constituido siempre la única meta» de su «actividad pública».

En una rueda de prensa en la que se mostró claramente emocionado, el alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, ha manifestado que su nombramiento como embajador de España ante el Vaticano «refleja claramente la voluntad de diálogo del Gobierno y de su presidente», José Luis Rodríguez Zapatero, con la Iglesia Católica. Señaló que las razones esgrimidas por Rodríguez Zapatero le han llevado a tomar esta decisión «pese al desgarro afectivo que supone». Tras 23 años de Gobierno con una mayoría absoluta que se ha ido recortando, Vázquez dejará la Alcaldía de A Coruña un año antes de la celebración de elecciones municipales, aunque en su discurso, al que asistieron todos los miembros del grupo municipal socialista, descartó otros motivos para abandonar este cargo. Como punto y final de esa etapa, el alcalde socialista aprovechó su declaración institucional para pedir «perdón si alguien se ha sentido herido o lastimado por alguna de mis acciones».

Sin embargo, manifestó «orgullo y satisfacción por la labor realizada» y, en palabras dirigidas a los coruñeses, apostilló: «Cien vidas que tuviera no serían suficientes para agradeceros vuestro apoyo; soy lo que soy gracias a vosotros». A su vez, resaltó su «total confianza» en su sucesor, que podría ser el número dos en el Gobierno local, el concejal de Urbanismo, Javier Losada, y garantizó que «A Coruña queda en buenas manos».

En un discurso intercalado con varias pausas, especialmente emotivo en sus alusiones a los coruñeses y en su recuerdo a sus padres, su mujer y sus hijos, Vázquez expresó su satisfacción por contribuir a la defensa de la tolerancia, el respeto y la lealtad institucional. «Quiero expresar de nuevo mi lealtad al Rey, mi amor a España y mi compromiso con la Constitución española», recalcó el alcalde y también presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), quien concluyó con el grito de «viva La Coruña», tras lo cual los asistentes prorrumpieron en aplausos.

Declaración de Francisco Vázquez tras su nombramiento como embajador ante de España en el Vaticano

"En el día de hoy, el Presidente del Gobierno ha anunciado el acuerdo del Consejo de Ministros de nombrarme embajador de España ante la Santa Sede, una vez obtenido el preceptivo Placet de las autoridades vaticanas, recibido en el día de ayer en contestación a la petición aprobada por el Gobierno de España en el Consejo de Ministros celebrado el pasado 20 de enero.

Mi Presidente me pidió hace un mes que accediera a cumplir con esta responsabilidad, exponiéndome una serie de razones, que unidas a su confianza hacia mí, así como mi lealtad hacia su persona, me llevaron el pasado 17 de enero a aceptar su encargo, a pesar del desgarro afectivo que me supone dejar mi querida ciudad.

Es mi firme voluntad cumplir con toda dedicación la misión que me ha encomendado el Presidente del Gobierno de España, cuya confianza en mi persona agradezco y me llena de orgullo, así como su deferencia al ser el propio presidente el que la haya anunciado.

Servir a España y servir al interés general de los españoles ha constituido siempre la única meta de mi actividad política. Intentaré ayudar al diálogo y al entendimiento con una Institución, la Iglesia Católica, cuya fe profesa una mayoría de los españoles, entre los cuales yo me cuento y creo con humildad que mi nombramiento refleja claramente la voluntad de diálogo del Gobierno y de su Presidente.

Agradezco muchísimo también cómo se ha recibido y se ha entendido mi nombramiento por parte de la Iglesia Española y la rapidez con que se ha concedido el Placet por parte de la Santa Sede. Que Dios me ayude en mi nueva tarea.

Solamente estos motivos son los que me han llevado a dejar mi cargo de Alcalde de La Coruña, que por la voluntad democrática y mayoritaria de los coruñeses, vengo ejerciendo desde hace 23 años, después de haber obtenido seis mayorías absolutas consecutivas.

Lleno de emoción me dirijo a mis queridos coruñeses, a todos sin excepción, para darles las gracias por su afecto y por su apoyo, mantenido y continuado en torno a un proyecto de ciudad que entre todos hemos construido y que ha permitido el progreso de nuestra querida ciudad de La Coruña.

Me llena de orgullo y satisfacción la labor realizada que a la vista de todos está. Pero sobre todo agradezco vuestro apoyo. Cien vidas que tuviera no serían suficientes para agradeceros lo mucho que me habéis dado.

Soy lo que soy gracias a vosotros. He servido a mi ciudad con total dedicación y nunca, repito, nunca he tenido otro interés que lograr lo mejor para los coruñeses y contribuir sobre todo a conseguir una ciudad más justa y más solidaria, pensando siempre en quienes más lo necesitaban, de acuerdo con mis convicciones.

La reciente concesión del puerto exterior y mi total confianza en la persona que me sucederá como Alcalde, son razones que también han facilitado mi decisión, convencido además que en democracia nadie es imprescindible ni insustituible. La Coruña queda en muy buenas manos.

Pido perdón si alguien se ha sentido perjudicado o lastimado por alguna de mis decisiones. Nunca ha sido esa mi intención.

Continuaré mis responsabilidades y en próximas fechas convocaré un Concejo Abierto para formalizar mi despedida. No es un adiós, porque yo nunca abandonaré a mi Coruña.

Mi recuerdo a mis queridos padres y mi orgullo de compartir mi vida con mi esposa y con mis hijos y sus familias.

Siempre entendí la política como un ejercicio permanente de diálogo, tal como m i generación hemos hecho desde el inicio de la transición y me gratifica poder ayudar hoy, tal como vengo haciendo desde 1977, a conseguir que la tolerancia y el respeto sean, junto a la lealtad, los principios que definan la convivencia de los españoles. Estos valores conformarán esta nueva etapa de mi servicio público.

Como siempre expreso y renuevo mi lealtad al Rey, mi amor a España y mi compromiso con la Constitución, en cuya elaboración participé.

Gracias a todos. ¡VIVA LA CORUÑA!»
R.