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Quinto aniversario del 13-N: reciclar las 60.000 toneladas de fuel procedente del Prestige costará 22 millones de euros

Las 60.000 toneladas de residuos procedentes de la carga que arrojó el petrolero «Prestige» en las costas gallegas estarán recicladas en 18 meses, gracias al tratamiento en la planta de la sociedad gallega de residuos industriales (Sogarisa), operación que tendrá un coste de más de 22 millones de euros.

Así se puso de manifiesto durante una visita del jefe del Ejecutivo gallego, Emilio Pérez Touriño, a la planta de la empresa en la localidad coruñesa de As Somozas, donde se encuentran depositadas las toneladas de residuos, compuestos por arena, agua, plásticos y un 8% de fuel. Una mezcla provocada, según señaló el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, porque la recogida fue "espontánea y de voluntariado", lo que hizo que fuera prácticamente manual y se mezclara con otros objetos como "botas, guantes o monos". No obstante, reconoció que "las miles de personas que se implicaron en el proceso fueron los principales responsables de arreglar la crisis".

Pérez Touriño indicó que el proceso de tratamiento es «tecnológicamente pionero y singular en todo el mundo», y agregó que supondrá la valorización de prácticamente el 100% de los desperdicios. "Cinco años después tenemos tecnología punta y singular y Galicia, a pesar de que debe permanecer en alerta de riesgo, ha multiplicado por 30 su capacidad de respuesta, lo que hace que estén más protegidas nuestras costas", proclamó.

El complejo proceso de tratamiento, que adapta tecnologías empleadas en la industria química, petrolera y de suelos contaminados, permite obtener de los residuos cinco productos diferentes. Así, el proceso comienza con una fase previa de trituración primaria para homogeneizar el producto, después de haber eliminado metales y piedras. El segundo paso es una unidad de fluidificación y segregación, una especie de "lavadora gigante" que separa los residuos por densidad. En el centro se sitúa la fracción sólida de plástico, sobre ella flota el fuel con agua y en el fondo se queda la arena. El plástico se tritura, lava y separa para que, el de alta calidad sirva para crear tuberías, y el de baja para energía. El fuel y el agua pasan a otra fase de sedimentación para eliminar pequeñas partículas de arena restantes, para posteriormente, hacer una centrifugación múltiple y devolverle sus propiedades. Finalmente, las arenas se someten a un lavado químico y mecánico del que se extraen arenas, agua y pequeños nódulos de fuel. El proceso está situado en "la vanguardia tecnológica" por ser "una planta singular en España y en el mundo" que está pendiente de patentarse y por la que ya se han interesado otros países como Francia, ya que permite la máxima recuperación de componentes, según explicó la gerente de Sogarisa.
R.