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Los Príncipes de Asturias presiden en la sede de la BRILAT, en Figueirido (Pontevedra), los funerales por los militares fallecidos en Afganistán

Los Príncipes de Asturias, Don Felipe y doña Letizia, presidieron en la sede de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT) en Figueirido (Potenvedra) el funeral por los dos militares fallecidos en el atentado suicida del pasado domingo en Afganistán.

El Príncipe de Asturias condecoró a título póstumo al brigada Juan Andrés Suárez García y al cabo Rubén Alonso Ríos, asesinados en un atentado suicida en Afganistán, al término del funeral de Estado oficiado en el cuartel de la Brilat, en Figueirido (Pontevedra).

La ceremonia ha estado marcada por un escrupuloso silencio que sólo fue interrumpido por el llanto de los familiares en el momento en que los compañeros de armas del cabo Rubén Alonso Ríos y el brigada Juan Andrés Suárez García se llevaron a hombros sus féretros, cubiertos con la bandera de España, al son de la marcha fúnebre. Al término de la ceremonia religiosa, el Príncipe, vestido con el uniforme de comandante del Ejército de Tierra, impuso sobre las boinas negras de la BRILAT colocadas en los dos féretros sendas Cruces al Mérito Militar con distintivo rojo, la condecoración que se concede a los fallecidos por atentados en misiones militares. El jefe accidental de la BRILAT, el coronel Emilio Sarabia, fue el encargado de entregar a las viudas de los dos fallecidos las boinas de sus difuntos y las condecoraciones.

El momento más emotivo del funeral, en el que los familiares de los fallecidos no pudieron reprimir el llanto, se produjo cuando los compañeros de las víctimas retiraron los féretros, tras el homenaje rendido por los guiones y banderines a los que dieron la vida por España, con la colocación de una corona de flores rojas ante los ataúdes y la interpretación del Himno nacional. Otro de los instantes de emoción se produjo a la llegada de los Príncipes de Asturias al patio central de la base militar General Morillo, cuando Don Felipe y Doña Letizia se acercaron a los familiares para darles el pésame. Fueron los únicos momentos en los que los lamentos rompieron el escrupuloso silencio en el que transcurrió la ceremonia, en la que los militares de la Brilat entonaron el himno "La muerte no es el final".

El funeral, que destacó por su sobriedad, duró tan solo media hora y se celebró ante el Monumento a los Caídos de la base gallega, con la bandera nacional a media asta. En la homilía, el arzobispo castrense, Juan del Río Martín, se dirigió a los familiares y a los compañeros de las víctimas del atentado para transmitirles "sentimiento, cercanía y afecto". "Desde Galicia, toda España os quiere consolar", afirmó. "Todos estamos invadidos por la impotencia ante el terror y la violencia", lamentó el arzobispo castrense. "Cuando se siembran ayuda humanitaria, valores democráticos, libertad y paz, si es bueno para la humanidad, cómo recibir esta recompensa", añadió en alusión al trágico balance del atentado. "Ánimo, no tengáis miedo, sed valientes", apeló a los familiares ante la pérdida de sus seres queridos. Juan del Río se refirió a los fallecidos como "buenos soldados de España" y aseguró que "la paz y la libertad con la que ellos dieron su vida es nuestra paz y nuestra libertad". Así, recordó que "porque fueron soldados valientes de España, hoy presenciamos la muerte, no como desesperación sino como misterio, porque con su muerte han sembrado los valores que hacen grande a la humanidad: la paz, la libertad, el progreso y la ayuda solidaria", concluyó.

La ceremonia religiosa reunió a una amplia representación de autoridades civiles y militares. Tras los Príncipes de Asturias, que ocuparon un lugar destacado en el patio, se sumaron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Congreso, José Bono, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, la ministra de Pesca, Elena Espinosa, el presidente del PP, Mariano Rajoy, y el Delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, que se encontraban sentados por ese orden.

Con la ministra de Defensa, Carme Chacón, se situaron diversos cargos de su Ministerio, como el jefe del Estado Mayor de Defensa, Julio José Rodríguez, y el secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, entre otras autoridades militares. Con antelación al acto también habían acudido el portavoz del PSOE en el Congreso, José Antonio Alonso, el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, y las conselleiras de Política Territorial y de Sanidade, María José Caride y María José Rubio, respectivamente. En representación del PP también asistieron la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, el presidente del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y la diputada Ana Pastor.

Los féretros del cabo Rubén Alonso y del brigada Juan Andrés Suárez salieron a hombros de los compañeros de las unidades a las que ambos pertenecían, el Grupo de Artillería y el Grupo Logístico, respectivamente, alguno de los cuales tampoco pudo ocultar las lágrimas. Tras ellos, marcharon los familiares, que se habían desplazado hasta Figueirido en cuatro autobuses. Sus restos se dirigen hacia Vigo, de donde era Rubén Alonso, y hacia Carballo, donde residía Juan Andrés Suárez.

El embajador de España en Afganistán, José Turpín, aseguró que los soldados españoles "son grandes profesionales" y "asumen perfectamente" el riesgo de su misión en este país. Asimismo, afirmó que "en un par de horas" podría partir hacia España el Hércules de la fuerza aérea con los cadáveres de los dos militares de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (Brilat) fallecidos ayer en un ataque suicida perpetrado perpetrado por la insurgencia talibán en la provincia de Herat (sur). "Son grandes profesionales", afirmó el embajador, en declaraciones a Radio Nacional de España recogidas por Europa Press. "Son personas que están cumpliendo una misión noble y asumen perfectamente el riesgo y, como es natural, sufren cuando ocurren hechos como éste, pero lo aceptan muy profesionalmente y muy gallardamente", añadió.

Asimismo, Turpín explicó que la ministra de Defensa, Carme Chacón, ha visitado "el hospital general español de la base avanzada de Herat para visitar a los heridos" y que el Hércules en el que regresará toda la comitiva con los cadáveres del brigada Juan Andrés Suárez García (41 años, natural de Mieres, Asturias) y del cabo Rubén Alonso Ríos (30 años, natural de Vigo, Pontevedra), podría partir "aproximadamente en un par de horas".
Según el embajador, "estos ataques tienen lugar indiscriminadamente contra lo que los insurgentes han declarado objetivos de guerra". "Estos ataques se producen incluso contra lo que nosotros llamaríamos civiles, por ejemplo, maestros de escuela en el sur, militares de todo tipo, funcionarios afganos, es decir, la definición que ellos dan del enemigo es una definición muy amplia", declaró.

José Turpín admitió que en estos momentos "es innegable que estamos quizá en el momento álgido de la insurgencia". "Sin embargo, yo creo que es un momento también donde la curva pudiera empezar a remontar gracias en buena parte a las medidas de cambio que se han hecho en el gabinete", explicó, en referencia al reciente nombramiento de un nuevo ministro del Interior que, a su juicio, "es el hombre ideal para la situación". El ataque suicida, en el que murieron dos militares españoles y otros cuatro resultaron heridos, fue perpetrado al paso del convoy de la OTAN por el distrito de Shindand, uno de los más peligrosos de Herat. España mantiene en Afganistán un contingente de 778 efectivos. Con los de ayer ya son 88 los militares españoles fallecidos en este país.

Silencio en el Parlamento de Galicia

La sesión plenaria arrancó con un minuto de silencio en la Cámara gallega en señal de "apoyo" y solidaridad" con las familias de las víctimas del atentado suicida ocurrido el domingo en Herat, Afganistán, en la que falleció el cabo vigués Rubén Alonso Ríos y el brigada asturiano, residente en Galicia, Juan Andrés Suárez García.

En una declaración institucional, la presidenta de la Cámara, Dolores Villarino, lamentó "profundamente" y expresó la "repulsa y condena" en nombre del Parlamento autonómico por el atentado perpetrado en el país afgano, tras lo que trasladó las condolencias de la Cámara a las familias de las víctimas mortales y deseó la "pronta recuperación" de los cuatro heridos. Asimismo, reiteró la "repulsa" por lo ocurrido y destacó el respaldo del Parlamento autonómico al trabajo desarrollado por las fuerzas armadas "en defensa de la paz y libertad".

Tras el minuto de silencio, los diputados acabaron con un aplauso unánime del hemiciclo, que contaba con la presencia del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, además de los conselleiros Carmen Gallego, José Ramón Fernández Antonio, Manuel Vázquez y José Luis Méndez Romeu.

R.