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Elecciones autonómicas: Galicia votará el 1 de marzo para elegir al presidente de la Xunta

El presidente Emilio Pérez Touriño, comunicó esta decisión al Consello de la Xunta a y después lo dijo en el Parlmento que celebró la última sesión de la legislatura. Serán las octavas elecciones autonómicas que se celebren en Galicia. Y serán las primeras que tengan lugar en marzo. Las anteriores elecciones autonómicas tuvieron lugar el 19 de junio del 2005. En ellas el PP no logró revalidar la mayoría absoluta, perdió el poder y se puso fin a 16 años de fraguismo. El PP consiguió 37 escaños frente a los 38 que sumaban PSdeG (25) y Bloque Nacionalista Galego (13). En el Parlamento hay 75 escaños.

La decisión de Touriño supone adelantar la cita con las urnas algo más de tres meses. Tocaba votar a finales de junio. Pero en ese mes se celebran elecciones europeas, y el presidente siempre ha proclamado que quiere que en Galicia se vote solo en clave autonómica. Se ha elegido el primer domingo de marzo para evitar coincidir con otros comicios autonómicos de gran relevancia mediática, las elecciones vascas, que supuestamente también se celebrarán en marzo.

Según Touriño, tras analizar las diversas opciones que ofrecía el calendario, consideró el 1 de marzo la fecha más adecuada, lo que justificó por «hacer frente a la crisis con mayor eficacia» y por asegurar «la máxima operatividad» para la política económica de la Xunta. «Una vez aprobado el presupuesto y terminado este periodo de sesiones, la legislatura llega a su momento final» y a partir de enero «entraremos inevitablemente en periodo electoral y toda actividad política estará condicionada por la proximidad» de los comicios. Este hecho genera, dijo, «un cierto grado de incertidumbre que a mi juicio no debe prolongarse más de lo estrictamente necesario».

Pérez Touriño recordó que en 2009 los gallegos acudirán dos veces a la urnas, para renovar la Cámara gallega y el Parlamento europeo y señaló que cada una de estas citas precisa su propio debate y campaña. «En las elecciones autonómicas hablaremos de nuestro futuro.Hablaremos de y desde Galicia». Hasta el día de las elecciones, explicó, las fuerzas políticas desarrollarán «legítimamente» sus actividades de precampaña y campaña electoral. «Pero la Xunta, con su presidente al frente, seguirán ejerciendo plenamente sus responsabilidades institucionales y tomando cuantas medidas sean necesarias en el ámbito de sus competencias».

Nacido en A Coruña en 1948, el mayor de los candidatos a la Presidencia del Gobierno gallego es doctor en Ciencias Económicas por la Universidade de Santiago de Compostela, donde desempeñó el cargo de vicerrector para Asuntos Económicos, lo que le confiere un "plus de solvencia" para hacer frente a la actual crisis, según indicaron fuentes del PSdeG a Europa Press. Además, entre sus virtudes destacan su "perseverancia", su "enorme compromiso" y su "capacidad de trabajo" y creen que los cuatro años que pasó en la oposición al frente del partido le otorgan "una perspectiva" de Galicia con la que no cuentan sus adversarios, el presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, y el portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana. "Su tarea en el Parlamento es un punto a su favor", concluyeron las mismas fuentes. "Demostró ser muy sensato y prudente, una persona responsable que afronta los problemas y no huye de sus responsabilidades", describieron, aunque matizaron que esta constatación puede convertirse "en un defecto" porque "trabaja excesivamente" y "siempre está pendiente de todo, haciendo seguimiento de los temas de cada uno". "Debería delegar un poco más", entienden.

Del mismo modo, consideraron que constituye "un mejor presidente que candidato", puesto que, aunque actualmente está avalado por su gestión al frente de la Xunta, en las anteriores citas electorales "le faltaba gancho". Algo que achacaron a su "timidez", que le provoca "dificultades para hablar con quien no conoce" y que "le puede hacer parecer una persona poco cercana". Sin embargo, las encuestas internas que manejan los socialistas gallegos le otorgan una valoración "mucho mejor" que a los otros dos líderes, debido a que, según apuntaron, "demostró ser un presidente muy solvente". "Pondremos en valor que dio respuestas frente a la crisis y en las demás áreas, porque es contrastable", explicaron, y situaron a Feijóo en el extremo opuesto como "una persona poco seria, demagógica y desnortada". Desde que tomó posesión de su cargo al frente del Ejecutivo gallego en 2005, cuando se marcó el compromiso de "gobernar para todos los gallegos", la palabra "cambio" fue la más utilizada por él, seguida por el "consenso" y la "unidad" en materias como el idioma y los proyectos de desarrollo y bienestar para la autonomía. Esta unidad, precisamente, es ahora el lema de la precampaña ('O que nos xunta').

La vocación política de Touriño arranca en su época de estudiante, cuando militaba en el Partido Comunista y participó en luchas estudiantiles en el declive del franquismo. Además, participó directamente en el proceso del Estatuto de Autonomía de Galicia y en los 'Pactos do Hostal' que lo posibilitaron. Touriño ocupó su primer cargo institucional de la mano del actual alcalde de Vigo, Abel Caballero, cuando éste fue ministro de Transportes, Turismo y Telecomunicaciones, en 1985. Once años más tarde, retornó a Galicia y al año siguiente, volvió al Parlamento gallego después del fracaso del PSdeG en las elecciones autonómicas, que convirtió a este partido en la tercera fuerza política, por debajo del BNG de Xosé Manuel Beiras. Ya en 1998, fue nombrado secretario xeral de un partido fuertemente dividido, en sustitución de Francisco Vázquez, con un 61,5 por ciento de los votos de los delegados. De este modo, en 2001 presentó por primera vez su candidatura a la Presidencia de la Xunta. Aunque perdió en los comicios gallegos, mejoró los resultados al obtener 17 escaños, dos más que en 1997, lo que le valió el empate con la formación frentista. Cuatro años más tarde, obtuvo 25 diputados, la segunda mejor cifra desde los 28 logrados en 1989. Con estos datos, que le permitieron gobernar en coalición con el Bloque, Touriño fue reelegido en julio de este año como secretario xeral del PSdeG con el apoyo del 97,37 por ciento de los delegados, sin ninguna candidatura enfrente, y sin ningún voto en contra, aunque con una docena de abstenciones.

Con la premisa de su lema de precampaña, los socialistas desarrollarán una campaña "presidencialista" y "muy diversificada" por sectores -urbano, rural, público joven-, de modo que será "muy similar" a la que el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, puso en marcha durante las pasadas elecciones generales. Para diseñarla, el PSdeG utilizará el apoyo logístico de Ferraz, que ya desplegó en Galicia un equipo "bastante grande" y que seguirá enviando emisarios a medida que se acerque la cita electoral. De momento, este equipo ya tomó las riendas en el acto de proclamación oficial del candidato, un evento muy animado al estilo americano, que se prevé como el aperitivo de lo que se servirá en la campaña. Otro de los motivos esgrimidos por el partido para hacer del líder el "epicentro" de la campaña, es que las encuestas internas que maneja reflejan que, tanto en valoración personal como en conocimiento, está "ampliamente distanciado" de Feijóo y de Quintana. El mensaje de campaña de Touriño utilizará el vértice de "consolidación del cambio", aunque en "positivo" y "con tranquilidad y sin crispación". En este sentido, las comparecencias públicas del secretario xeral se centrarán en "explicar" que Galicia "necesita continuar su desarrollo". "El PP anunció que derogaría varias cosas y pedimos un refuerzo para impedirlo", expusieron los socialistas consultados por Europa Press, que entendieron que "hay que evitar que se tiren por tierra tantos esfuerzos" y "algunas reformas históricas". "Galicia necesita un poco más y el PP significa un paso atrás", concluyeron.

Anxo Quintana será por segunda vez el candidato del BNG a la Presidencia de la Xunta tras consolidar su liderazgo como portavoz nacional de la organización y con la pretensión de llegar al voto de "la mayoría social galleguista", así como la vista puesta en recuperar la fuerza parlamentaria que llevó en 1997 a los nacionalistas a ser el segundo grupo con más representantes en la Cámara de la mano de Xosé Manuel Beiras. Su nombre completo es Anxo Manuel Quintana González, y durante la campaña electoral le tocará celebrar su cumpleaños, ya que nació en Allariz (Ourense) el 25 de febrero de 1959. Cursó dos años de Medicina en la Universidade de Santiago de Compostela, aunque después continuó sus estudios en la de Vigo, donde obtuvo la diplomatura de Enfermería, tras lo que comenzó a trabajar en el Hospital Cristal Piñor de la ciudad de As Burgas.

Con 18 años, empezó a colaborar con el nacionalismo gallego en el ámbito del sindicato agrario nacionalista, el SLG, y participó en la fundación del Bloque en 1982. De familia tradicional, Quintana reconoce "la paciencia" de sus padres para que él pudiese ir por el camino escogido. Precisamente, uno de los valores que el líder nacionalista ofrecerá de aval a la ciudadanía es su carrera política, en la que ha estado diez años como alcalde de su ciudad natal, lo que le otorga "una experiencia mucho más directa con la gente frente a sus adversarios", según resaltan fuentes del Bloque. Quintana siempre apela a que antes de ser vicepresidente de la Xunta, ha estado de tú a tú con el ciudadano y eso -asegura- le otorga el conocimiento para gestionar el Gobierno. Además, el portavoz nacional del BNG fue el primer senador nacionalista de la Transición, un cargo que ostentó desde el año 2000 hasta el 5 de septiembre de 2005 y cuya acta abandonó para dedicarse a la Vicepresidencia de la Xunta, tras los comicios del 19 de junio de ese año y de alcanzar un pacto de Gobierno con el PSOE.

En el seno del BNG, Anxo Quintana sucedió a un Beiras que llegó a situar al Bloque como segunda fuerza política de Galicia, por delante de los socialistas, y que consiguió un voto urbano en el cual los nacionalistas retrocedieron en los comicios gallegos anteriores, pero que recuperaron en parte en las ciudades de tamaño medio en las pasadas generales y que ahora aspiran a consolidar. Anxo Quintana es portavoz nacional desde noviembre de 2003, tras haber sido coordinador de la Executiva entre 2002 y ese año. En aquella ocasión, obtuvo el apoyo del 70 por ciento de los votos de la militancia. Sin embargo, en la XII Asamblea de diciembre de 2006, tras los comicios autonómicos, el líder nacionalista se disputó con otras dos candidaturas el máximo puesto de la organización y recogió el 62,57 por ciento de los apoyos de la militancia. En torno a su figura se ha fraguado el 'quintanismo' formado por un sector oficialista y otros partidos en el seno del BNG como el de reciente constitución Espazo Socialista Galego, que nació de gran parte de los antiguos miembros de Esquerda Nacionalista. Junto a éstos y el apoyo de la fuerza hegemónica del BNG, la UPG, Anxo Quintana salió reforzado como líder con un 95,7 por ciento de los sufragios en la última asamblea, en donde apeló a las bases a movilizarse para estas elecciones y en la que evocó sus inicios para sentenciar: "soy 'bloqueiro' y estoy orgulloso de serlo". De hecho, lo que nadie duda en el BNG es que Quintana es el líder de un BNG moderado, que acabó con los tópicos de radicalismo que le rodeaban antes de entrar en el Gobierno, y que ha despertado las simpatías de sectores galleguistas más de centro, aunque ello le reportase algunas críticas del ala más de izquierda en el seno del Bloque.

Alberto Núñez Feijóo es el único de los tres candidatos que concurre por primera vez a la Presidencia de la Xunta en las autonómicas del 1 de marzo, una cita electoral en la que también se someterá a examen el proceso de renovación del PPdeG que inició al suceder a Manuel Fraga y tomar las riendas del partido después de que perdiese el poder tras 16 años en la Xunta. La propia figura de Feijóo será una de las principales bazas que el PP gallego utilizará hasta el domingo electoral y, así, aprovechará su "buena imagen" o que, con 47 años, es el más joven de los tres candidatos. Licenciado en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela, comenzó su carrera profesional en la Xunta con tan sólo 23 años y con 29 accedió a su primer cargo institucional. Así, otra de las características que fuentes populares destacan del actual líder de la oposición es su "capacidad de gestión", que ejemplifican con su estancia al frente de organismos estatales como Correos o el Insalud. Miembro del Gobierno de Aznar desde 1996, volvió a Galicia en 2003 para dirigir la Consellería de Política Territorial en sustitución de Xosé Cuiña y, poco después, Fraga lo nombró vicepresidente primero de la Xunta.

De su participación en diversos organismos públicos, el PP gallego cree que salió "triunfante", por lo que intentarán transmitir este aspecto a la sociedad para erigir a Feijóo en la "garantía" de que Galicia puede salir de la actual situación de crisis económica. Con actos de acercamiento a la sociedad similares a los que protagonizó en los últimos meses en todos los ayuntamientos gallegos, también enfatizará su "cercanía", puesta en duda en varias ocasiones por quienes lo vinculan al sector más urbano del Partido Popular.

Para superar esta imprensión, Feijóo ha rememorado en varias ocasiones su lugar natal -una pequeña aldea de Os Peares (Ourense)- y el carácter modesto de su familia, en la que él es el primer universitario. Con el mismo objetivo, se desentendió de posibles "padrinos" políticos tan pronto asumió la Presidencia del partido y sostuvo que en su pueblo "no hay birretes", sector enfrentado tradicionalmente al de la 'boina', más próximo al ámbito rural. Así, tras ganar el congreso de sucesión a Fraga de forma contundente --logró el 96 por ciento de los votos en este cónclave después de imponerse a otros tres candidatos: Xosé Manuel Barreiro, Xosé Cuiña y Enrique López Veiga--, apostó por la renovación generacional, con el propósito de superar la división de las distintas familias populares y garantizar la unidad del partido, algo que fuentes populares dan por conseguido y que presentan como su principal éxito como presidente del PPdeG.
Aunque coincide con su antecesor en declararse galleguista, Feijóo ha reivindicado en varias ocasiones su carácter centrista y reformista para dar una imagen menos populista del PP gallego. Sus relaciones con el sector más moderado del partido son excelentes y, prueba de ello es que durante la campaña electoral de las autonómicas gallegas -en las que concurrió como cabeza de lista por la provincia de Pontevedra- se rodeó de Alberto Ruiz Gallardón o Josep Piqué en diversos actos políticos.

Otro de sus gestos más destacados fue su presencia en la boda de un concejal gay del PP de Ourense, semanas después de que su partido presentara un recurso de inconstitucionalidad contra la ley que permite las uniones entre personas del mismo sexo. No obstante, su perfil también se vincula, por ejemplo, a Esperanza Aguire, quien le habría ofrecido ser consejero de Sanidad tras ganar las autonómicas madrileñas, aunque respondió con una negativa para continuar su trayectoria política en Galicia. En general, Feijóo elude enmarcarse en ninguna vertiente del partido y, como demostración, en su Facebook reconoce como amigos, además de a Aguirre y a Gallardón, a Mariano Rajoy, José María Aznar, Rodrigo Rato o Esteban González Pons, entre otros dirigentes y ex dirigentes del PP. Por el momento, su estrategia le ha permitido mejorar los resultados electorales del Partido Popular en la mayoría de las grandes ciudades gallegas, aunque la tendencia ha sido contraria en el rural, donde ha visto reducido el apoyo del electorado de forma notoria. En cualquier caso, él mismo reconoce que su "examen final" serán las próximas autonómicas, pese a que fuentes populares apelan a que previsiblemente el PP seguirá siendo la primera fuerza política para descartar que el resultado electoral vaya a cuestionar la continuidad de Feijóo al frente del partido.

Voto emigrante

Respecto a la polémica del voto de los emigrantes, que no podrán votar en urna en los comicios gallegos, Pérez Touriño insistió en no queda «mucho margen de maniobra» para ello, puesto que sería preciso una reforma de la ley electoral general, por lo que es preciso un amplio acuerdo. Además, Pérez Touriño dijo que, en ocasiones, la oposición cuenta «cuentos para niños» al señalar que el voto en el exterior decide el color del Gobierno, y recordó que en los pasados comicios los decisivos fueron los votos de los gallegos residentes en Galicia.

El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, aseguró que es "optimista" y está "esperanzado" para el proceso electoral gallego, que fijó para el 1 de marzo, y rechazó que el voto emigrante "vaya a alterar" el resultado de los comicios "en términos de escaños", como ya ocurrió en las anteriores autonómicas. "Creo que Galicia no dará un paso atrás", proclamó, y reanudó su intervención diciendo que la comunidad "no retrocederá, sino que mirará al futuro y apostará porque el cambio continúe". Así, insistió en que pedirá apoyo a los gallegos para seguir "con el progreso y la modernización". "Optimismo aparte", concluyó.

En la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta, el máximo mandatario gallego indicó que, entre los días 2 y 6 de enero, firmará el decreto de la Presidencia por el que se convocan oficialmente las elecciones y se disuelve el Parlamento, de modo que la campaña comenzará el día 13 de febrero. Tras poner en valor el "cumplimiento" de su "compromiso" de no adelantar la cita electoral, tal y como se barajó este verano, justificó la elección de la fecha en la "necesidad" de "singularizar" las elecciones gallegas respecto a otros procesos como las europeas de junio. Además, vinculó la decisión con su "principal prioridad", que pasa por hacer frente a la crisis "con la mayor eficacia". Así, tras la aprobación de los presupuestos durante la sesión plenaria de ayer, el jefe del Ejecutivo gallego ve "asegurada" la "máxima operatividad" de la política económica de la Xunta.

El último argumento que esgrimió fue el de evitar que la "incertidumbre" que genera el período preelectoral se prolongue "más de lo estrictamente necesario", con el fin de "despejar cuanto antes el horizonte político de Galicia para los próximos cuatro años" y de que la comunidad cuente con un "Gobierno renovado" y unas instituciones "a pleno rendimiento". En cuanto al Censo Electoral de los Residentes Ausentes (CERA), Touriño reconoció que los emigrantes concurrirán a las elecciones "en las condiciones previstas". Tras reflexionar sobre el "poco margen de maniobra" que resta para "modificar ningún tipo de situación", recordó que él mismo encabezó los "movimientos" para reformar el derecho de los emigrantes para ejercer el voto en urna. "Creo que estas cuestiones sobre el derecho de voto en la diáspora deben ser mejoradas", defendió, pero refirió que es "necesario" un acuerdo del Congreso de los Diputados "con carácter transversal", puesto que se precisa modificar la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) vigente en la actualidad.

No obstante, recordó que el voto de los residentes en el exterior "no alteró" el resultado de los votos de la Galicia territorial "en términos de escaños" en las pasadas autonómicas. Tras atribuir el argumento contrario a "cuentos" del presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, criticó su "capacidad de fabulación". "Por ser suave", apostilló, y advirtió de que "hay cosas que no se pueden decir en sede parlamentaria ni en otro sitio, porque a la verdad no se puede faltar". "El voto emigrante no alteró el resultado de las elecciones en la Galicia interior", insistió el líder del Ejecutivo gallego, y vinculó que el PPdeG mantenga el argumento opuesto a que "esperaban" que sucediera.

Por último, anunció que viajará a Buenos Aires y Montevideo a principios de febrero como "candidato", para celebrar "sendos mítines", aunque respetando el código ético de buenas conductas aprobado por PSdeG y BNG. En virtud de éste, se comprometieron a no utilizar electoralmente actos institucionales ni elementos como inauguraciones y puestas en servicio durante el período electoral. No obstante, garantizó que la Xunta "seguirá ejerciendo plenamente" sus responsabilidades institucionales y tomando "cuantas decisiones sean necesarias" en el ámbito de sus competencias durante el período preelectoral. "Porque Galicia no puede detenerse ni unas semanas. Es nuestra obligación y en ella empeño mi palabra", concluyó.
R.