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La Xunta aprueba un plan de austeirdad de 100 millones de euros para tapar agujeros

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, anunció que su Gobierno espera aprobar un plan de austeridad de 100 millones de euros reunidos con el "recorte" de "gastos superfluos" en la Administración autonómica. Con este "ahorro" de 100 millones de euros, el presidente pretende "tapar los agujeros más urgentes" en la Xunta, como el pago de los salarios del personal sanitario y de esta campaña de incendios, dotada con un presupuesto "insuficiente".

En un desayuno informativo con Onda Cero y recogido por Europa Press, el jefe del Ejecutivo autonómico denunció que los presupuestos aprobados por el bipartito han dejado a la nueva Xunta "sin ningún margen de maniobra" para 2008. "No reflejan en absoluto las cuentas reales de la comunidad", dijo en referencia al "desfase presupuestario" de 1.200 millones de euros detectado por su Gobierno. "No hay dinero para pagar las guardias sanitarias ni los trienios y tampoco hay dinero para la campaña de incendios porque se gastó en limpiar cunetas durante la campaña electoral", aseveró Núñez Feijóo y atribuyó esta situación a las cuentas "irreales" heredadas del anterior Gobierno gallego, que suponen "un lastre" para salir de la crisis.

En este escenario, el máximo mandatario gallego no ocultó su preocupación por la financiación de la campaña de incendios, a la que otorgó "prioridad máxima". Según explicó, la Xunta utilizará parte de los fondos del plan de austeridad para sufragar esta campaña que, dijo Feijóo, exige una inversión de 4 millones de euros para obtener "un mínimo" de brigadas que garanticen "efectivos disponibles" en "momentos críticos" de incendios. Consciente de que se avecina una campaña de incendios "de mucho riesgo y con poca limpieza en los montes", el jefe del Ejecutivo autonómico demandó "la máxima colaboración" de toda la población gallega. "Será una asignatura complicadísima", pronosticó.

En la línea, Alberto Núñez Feijóo resaltó también el importante papel de las infraestructuras a la hora de hacer frente a la crisis económica e indicó que Galicia merece "respeto" y una "explicación" sobre la "mentira colectiva y continuada" del AVE "en los últimos cinco años". Así las cosas, el presidente gallego aseguró que no esperará a reunirse con el ministro de Fomento, José Blanco y que aprovechará su reunión con su homólogo estatal, José Luis Rodríguez Zapatero, para exigirle "una explicación" que debe traducirse en un "compromiso solemne" que permita, "al menos en parte", solucionar "el engaño continuado del AVE". "Si da esta explicación convertida en compromiso, podremos seguir adelante, pero si es una explicación de vaguedades, seré el primero en denunciarlo ante los ciudadanos", amenazó Núñez Feijóo, quien insistió en que los únicos "mandamientos" de la Xunta serán los plazos, presupuestos y una comisión de seguimiento porque Galicia "no puede admitir un engaño continuado". En este contexto, reclamó "un acuerdo institucional expreso y solemne" en materia de plazos y presupuestos para la alta velocidad, que impida que la postura del Ejecutivo central varíe "cada vez que hay un cambio de ministro". "No se puede permitir que venga un nuevo ministro a decir que el anterior ha mentido", aseveró.

El Eixo Atlántico pide una reunión a José Blanco para tratar la evolución del AVE y las comunicaciones de cara al Xacobeo

La Comisión Executiva do Eixo Atlántico, reunida en Santiago, acordó enviarle una carta al ministro de Fomento, José Blanco, para solicitarle una reunión en la que tratar la evolución y plazos de la construcción del AVE y las comunicaciones entre ambas regiones de cara al "trasvase de turistas" que puede suponer el Xacobeo. En la carta, el Eixo Atlántico recuerda a Blanco que la línea de alta velocidad Ferrol-Lisboa y, concretamente, el tramo Vigo-Porto en su zona española, acumula "un notable retraso" sin que, como ocurre en el tramo Ourense-Lubián, "haya que realizar ningún cambio en el trazado".

En concreto, explicaron, el tramo que "más" les preocupa es el comprendido entre Vigo y la frontera portuguesa y, más en particular, la salida sur de Vigo y el puente sobre el río Miño, que "ya debería estar en licitación para poder cumplir los plazos". En este sentido, alertaron de que, aunque entre Galicia y Madrid existe una "obsoleta" línea, la Eurorregión, que abarca 6.000.000 de habitantes, no cuenta con ninguna. En este sentido, recordaron a Blanco que, en el próximo año 2010 la celebración del Xacobeo, con una afluencia esperada de 8 millones de visitantes, y en 2012 la proclamación de Guimaraes como Capital Europea de la Cultura hacen necesaria una buena comunicación entre Galicia y el norte de Portugal para el "trasvase" de turistas, algo de lo que se beneficiaría la Eurorregión "en época de crisis".

Así lo explicó en Santiago el actual presidente del Eixo Atlántico, Luis Filipe Menezes, quien explicó que esta organización lleva trabajando "los últimos años" en el impulso al tráfico ferroviario de alta velocidad entre ambas regiones. Concretamente, abogó porque las dos regiones se unan en sus reclamaciones y empleen "su prestigio" para hacer presión sobre infraestructuras y financiación. En la misma línea, reclamó la potenciación del proyecto aeroportuario de Galicia y el norte de Portugal, pero "no en competición" si no "buscando sinergias".

Además de trasladar sus inquietudes al ministro de Fomento, el Eixo Atlántico aprobó un documento sobre transportes que, después de ser llevado a Asamblea General el próximo enero, se convertirá en "la política oficial" de esta organización que defenderá el tren de alta velocidad como "fundamental" para la promoción de los cuatro aeropuertos.
En esta línea, el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, reclamó la necesidad de promocionar el transporte de mercancías conjunto al de pasajeros el apoyo a los puertos como "dinamizador económico". Así, apostaron por una línea que cubra en dos horas el trayecto entre A Coruña y Porto y que sea mixta -de pasajeros y mercancías- y que sirva asimismo para conectar a los puertos, lo que se lograría con una velocidad "de una media de 150 kilómetros por hora" y con paradas en las ciudades.
R.