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Efectos 22-M: pacto de gobierno entre PSdeG y BNG en Lugo y desestimación por el TSXG del recurso contra el PPdeG en Santiago

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha resuelto desestimar los recursos contencioso-electorales presentados por PSOE y BNG contra el escrutinio de las elecciones municipales del pasado 22 de mayo en Santiago. En su escrito, el alto tribunal autonómico declara "la validez de la elección y de la proclamación de -los concejales- electos realizada", de modo que el candidato del PP, Gerardo Conde Roa, será investido alcalde de la capital gallega el 1 de julio.

En cuanto a la impugnación presentada por PSOE y BNG sobre el resultado de la votación en la mesa ubicada en el Colegio La Salle, el TSXG admite -como ya hizo la JEC- que su constitución fue "defectuosa" al formar parte de ella "una vocal que no estaba designada y que ni siquiera estaba incluida en su censo", pero rechaza que sea "invalidante".
Ello, porque "no se puede dudar de la bondad con la que aquella vocal, bajo la creencia errónea de que estaba designada para esa mesa, actuó como vocal en ella durante todo el proceso" junto con el resto de los miembros de la mesa, que "sí actuaban correctamente". Y este hecho también "pasó desapercibido" para los propios interventores. Además, el TSXG descarta "una voluntad fraudulenta y maliciosa" en "la escasa o nula formación jurídica y electoral" de los miembros de las mesas, elegidos por sorteo con los únicos requisitos de ser mayores de edad y saber leer y escribir.

"No existe ningún dato que permita afirmar la existencia de fraude en la comprobación de la identidad de la vocal o en su actuación durante los procesos de votación y escrutinio", aduce el TSXG, para dejar claro que la "omisión" en la verificación de su credencial "en modo alguno puede afectar a la validez" de la votación en la citada mesa. Eso, tal y como interpreta el tribunal, "es lo que pretenden los partidos políticos recurrentes, a sabiendas de que sólo de esta manera -la declaración del escrutinio de esta mesa no válido- pueden albergar la esperanza de obtener unos resultados favorables a sus candidaturas".

Basándose en "el principio de conservación del verdadero resultado electoral" que establece la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg), descarta la repetición de la votación por entender que "se podría alterar el resultado inicial y, por lo tanto, la voluntad de los votantes manifestada durante la jornada electoral". Más aún, cuando considera que "la irregular constitución de la mesa" no tuvo "ninguna relevancia en el proceso electoral", ya que "no consta que alguno de sus miembros hubiese incumplido el deber de garantía del proceso de votación" o que "no hubiese actuado con la imparcialidad con que se deben desempeñar sus cargos".

Por otra parte, en relación con las impugnaciones presentadas por el Bloque, el TSXG corrige la decisión de la JEC y declara válido un voto que había sido anulado por estar acompañado de una estampa de Santa Lucía. Desestima, en cambio, la petición de los nacionalistas de anular un voto por correo que no contaba con certificación censal -el TSXG entiende que no ha sido computado- y los de un interventor del PP y de otro hombre que ejercieron su derecho en una mesa distinta a la que les correspondía -porque no hubo "duplicidad"-. Este argumento fue utilizado, asimismo, para no anular el sufragio de dos personas que votaron presencialmente pese a haber solicitado ejercer por correo. Rechaza también declarar nulo el escrutinio de otra mesa, donde se contabilizaron 627 votantes pero aparecieron -según el BNG- 628 papeletas, por "una interpretación favorable al principio de conservación de los actos jurídicos", ya que lo contrario supondría "anular la efectividad de, al menos, 627 votos". En el caso de otros dos votos por correo que no contaban con certificación censal, el TSXG señala que ambos electores han sido identificados por los remites de los sobres. En este escenario, considera "excesivamente riguroso" que no se declaren válidos, sobre todo teniendo en cuenta que no se alteraría "el resultado final" de las elecciones.

Gobierno bipartito en el concello de Lugo

La vuelta a un bipartito entre el PSdeG y el BNG en la ciudad Lugo supondrá un gobierno local estructurado sobre nueve "grandes" departamentos, de los cuales el BNG se encargará de las áreas de Cultura y Turismo, por una parte, y de Infraestructuras, por otra.

El concejal nacionalista Antón Bao, quien en la pasada legislatura fue vicepresidente primero de la Diputación Provincial, será el primer teniente de alcalde y responsable del área de Cultura y Turismo, mientras que la otra edil del BNG, Paz Abraira, gestionará Infraestructuras y la Agenda 21. Ambos formarán parte de la Junta de Gobierno Local.

Además de estos nueve departamentos, las atribuciones sobre Policía y seguridad y sobre personal las llevará directamente el alcalde, el socialista Xosé López Orozco, quien manifestó la satisfacción por alcanzar este acuerdo de gobierno. "Qué maravilla vivir en una ciudad donde dos fuerzas distintas son capaces de llegar a un acuerdo programático y representar a los vecinos de Lugo que votaron a estas dos fuerzas", enfatizó López Orozco, quien aseguró que, de esta manera, socialistas y nacionalistas responden "a lo que escribieron los lucenses el 22 de mayo", cuando PSdeG y BNG lograron 11 y dos concejales cada fuerza, frente a los 12 del PP. "No le dieron la mayoría absoluta a nadie y dijeron que los que sean capaces de entenderse que se sienten alrededor de una mesa, que debatan y lleguen a acuerdos. De esta forma cumplimos lo que nos pidieron los vecinos de Lugo", solemnizó Orozco.

El acuerdo suscrito por ambas fuerzas políticas también señala que en este mandato no habrá ediles no electos, como sucedió en el anterior con la responsable de Urbanismo. Asimismo, habrá un "consejo de dirección", que integrarán concejales de ambas formaciones políticas y que se encargará de estudiar "los temas más importantes de gobierno". La finalidad es, en palabras del regidor lucense, lograr "el objetivo primordial", que sintetizó en: "que los temas que llevemos todos los concejales sean temas de gobierno, donde todos nos sintamos representados".

En el sexto piso del hotel Méndez Núñez, donde se celebraron las reuniones de la comisión negociadora, hasta un total de cuatro, se sentaban juntos el alcalde y el que se convertirá en el primer teniente de alcalde, el nacionalista Antón Bao, para exponer los detalles del acuerdo de gobierno que cerraron la pasada noche, justo antes de la constitución este miércoles de la Diputación de Lugo. Bao constató que se llega a un bipartito "tras muchas horas de debate, de intercambiar ideas y proyectos". "Fueron muchas horas debatiendo sobre Lugo, sobre los intereses de los lucenses, para mejorar la vida de los lucenses", afirmó. El concejal nacionalista precisó que el acuerdo de gobierno "se sustenta en unas líneas programáticas para este mandato", que se darán a conocer en los próximos días y que incluso se trasladarán al PP, la fuerza mayoritaria tras las elecciones, en las que alcanzó 12 ediles.

Los nacionalistas, concretó, se reservarán, pese a formar parte del gobierno, la libertad de voto para el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), el cinco por ciento que queda por desarrollar, y sobre las Torres de O Garañón, sobre las que pesa una orden judicial de paralización. En ambos asuntos los nacionalistas discreparon hasta el momento de las posturas de los socialistas.
R.